2.922 días

Han pasado 8 años ya, 2.922 días y la magia sigue de luto, ya no hay hueco en los campos, ni sitio en las listas de los rankings para el jugador artista, una especie en peligro de extinción. Los zambombazos, las estrías, los lofts abiertos, las nuevas bolas, los palos…etc.,. Los callos en las manos son ya producto de horas de swings simétricos, tan perfectos como impersonales. Los niños sueñan con ser Rory, Fowler o Koepka y destrozar la bola en el medio del fairway; los de tu generación, Seve, anhelaban visitar bosques, salir de arbustos, otro mundo de fantasía hasta llegar al green y meter el putt definitivo. ‘La metí…le metí…», cuántos pequeños británicos americanos o japoneses de entonces habrá emulado el putt del 84 en la sagrada catedral del golf.

«Tú le mandas un mensaje a tu cuerpo, a tus brazos, a tus caderas, para poder desgirar, pero no hay coordinación, eso es lo que empieza a sentir un jugador que ya no puede».

Seve Balleteros, tras su retirada

Nada es eterno y la magia de esfumó años antes de que tu carisma y genio quedara reducido a cenizas a los pies de tu querido magnolio; «le mandas un mensaje a tu cuerpo, a tus brazos, a tus caderas, para poder desgirar, pero no hay coordinación, eso es lo que empieza a sentir un jugador que ya no puede», eran tus palabras semanas después de la retirada, que se plasma en el documental emitido por Teledeporte dentro de ‘Conexión Vintage’ que reproducimos arriba.

Supongo que estarás contento, el golf te ha hecho inmortal. Las alusiones a tu grandeza y tus hitos forman parte ya de la creencia popular golfista. Tus récords están en los libros y muchos de tus golpes en esa fabrica de recuerdos digitales llamada youtube; gestas pixeladas y en cuatro tercios, que Jon Rahm utiliza para seguir alimentando su admiración en noches de desvelos, gestas que generan millones de visualizaciones en cualquier rincón del mundo, donde espero, que en algún momento, haya algún niño que siga soñando con ser SEVE.