Nos es fácil ver al de Barrika con los sentimientos e flor de piel. Cabía esperar, después de lo acontecido en el campo, que vería a Jon Rahm recorriendo el camino hasta la zona mixta jurando era arameo, pero la imagen me llamo la atención, y ‘Rahmbo’ parecía emocionado. El abrazo con su abuela Miren, con su hermano…, etc… después de ver la felicidad de Christiaan Bezuidenhout y conocer su historia, da la sensación como apuntilla Rahm que ha veces que ganar no es lo único importante.