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El día que Jon Rahm enloqueció Chapultepec

Un bogey más. Rahm se mordió los labios, frunció el ceño, salió del green del 18 como un león enjaulado, impotente. Entonces giró la cabeza donde siempre siempre está él, Adam Hayes. No estaban jugando para ir tres sobre par del Club de Golf Chapultepec. Fue un corto trayecto hasta el tee del uno donde proseguía la vuelta, tan sólo era la segunda jornada y Jon Rahm se negaba a ser un mero espectador de Rory, Thomas y compañía. Hayes escuchó los lamentos de Rahm, golpes que parecen buenos y no terminan en el sitio esperado, putts en apariencia bien tirados que no encuentran el hoyo…las preocupaciones habituales del número 3 del Mundo cuando está dentro de las cuerdas. Pero los cinco metros de putt del hoyo 1 (su décimo hoyo del segundo día), provocaron algo. Rahmbo entonces se puso sus pinturas de guerra y en los 27 hoyos siguientes acumuló 15 golpes bajo el par, 14 birdies y un hoyo en uno.

«Rahmbo entonces se puso sus pinturas de guerra y en los 27 hoyos siguientes acumuló 15 golpes bajo el par, 14 birdies y un hoyo en uno».

Asalto al número uno del Mundo

Rahm terminó la segunda vuelta a 11 golpes del líder y empezará la cuarta a solo 4 de de la cabeza. Los 61 golpes de ayer fueron la mejor tarjeta jamás firmada como profesional. Una sinfonía de golf perfecta rubricada en el hoyo 17 con un palo por los aires, pero no de ira, como cuando era amateur y no salían las cosas, fue de euforia, la de ver cómo la bola desaparecía en el hoyo. La celebración fue chingona.»Me han tratado como si fuera uno de los suyos», decía el orgulloso protagonista del golpe del día. Hay que recordar que la primera vez que Jon competía en un torneo del PGA Tour fue en México, el Mayakoba Golf Classic de 2014, aún siendo amateur.

«Una sinfonía de golf perfecta rubricada en el hoyo 17 con un palo por los aires, pero no de ira, como cuando era amateur y no salían las cosas, fue de euforia, la de ver cómo la bola desaparecía en el hoyo».

Lo de hoy sería algo más que una victoria, un salto que le podría llevar a número uno del Mundo, siempre que levante el trofeo y Rory Mcllroy termine peor que tercero.