El genio escultor de Augusta National

La historia de Alister MacKenzie

Considerado una de las joyas de la arquitectura, Augusta National es ya el espejo de miles de campos en todo el mundo. Su historia, su éxito no sólo está ligada la visión de Bobby Jones, ni las gestiones de Clifort Roberts, Augusta es fruto del talento de un doctor inglés de raíces escocesas.

Es la historia de Alister MacKenzie que comienza en agosto de 1870. Las ciencias fueron su primera vocación, de ahí que se graduara en Cambridge en medicina, química y ciencias naturales, destacaba además su conocimiento de leyes y su capacidad para el baile, todo un erudito, más propio del Renacimiento que de la Gran Depresión que le tocaría vivir años más tarde…

Quiso contribuir a su patria en la guerra de los Boers donde aprendió técnicas de camuflaje que aplicaría posteriormente a sus diseños. Precisamente a la vuelta del frente, comenzó a cultivar un nuevo hobbie, plasmando en un papel sus revolucionarias ideas de trazados de hoyos y greenes.

Enseguida destacó y llamó la atención del conocido arquitecto Harry Colt, en esa asociación nace una de las grandes obras mitad del hombre, mitad de la naturaleza, convertida en campo de golf; Pine Valley en Nueva Jersey, considerado por muchos como el mejor campo de golf de Mundo.

No duraría mucho la alianza y MacKenzie se establece por su cuenta y empieza a crear obras de golf sublimes, aparcando su profesión de medico.

En total participó en mas de 300 diseños en cuatro continentes. Su obra no llegaría nunca a Asia pero si a 9 países diferentes donde dejó su sello.

El destino querría que en 1929, un año antes de su mítico Grand Slam, Bobby Jones, cayera eliminado en primera ronda del Us Amateur que tuvo lugar en Del Monte, campo ubicado en la península de Monterrey. Al día siguiente disputaría un partido amistoso con Francis Quimet en Cypress Point, otra de las grandes y legendarias obras de MacKenzie, siempre ubicado entre los cinco mejores campos del mundo. Jones concluyó su vuelta totalmente extasiado con aquel diseño serpenteando entre acantilados, una sensación que se incrementó 24 horas más tarde cuando el destino le llevó a un partido de exhibición a Pasatiempo Country Club, otro campo diseño del doctor inglés que terminó de obsesionar a Jones con la obra de MacKenzie.

De ahí que en 1931 tras visitar la finca, Alastair MacKenzie aceptó el encargo de crear Augusta National, junto a Boby Jones, tras algunas visicitudes iniciales, la construcción se realizó en un tiempo récord: 124 días consecutivos, incluyendo 18 domingos y 30 días de parón debido a la lluvia. El presupuesto final fue de 115.000 dólares que inicialmente incluía 10.000 de honorarios de MacKenzie, un sueldo que se rebajo a 5.000 debido a las dificultades económicas del momento.
Cuando la hierba ya brotaba en Agusta, MacKenzie no pudo ver su obra culminada, ni cobrar la cantidad completa de su encargo, una repentina enfermedad lo apagó a sus 63 años, meses antes del primer Masters de Augusta en 1934. MacKenzie murió en medio de serias dificultades económicas y carente del reconocimiento que se ganaría décadas más tarde, eso si, dejó para la historia su último diseño, como el mismo calificó: mi mejor oportunidad, mi mejor logro».