La enésima resurrección de Woods

Una carrera de superación y éxito

El deporte, el golf nos ha vuelto a dejar un  nuevo capítulo de superación de uno de los deportistas más grandes que ha dado la historia. Si ya es sorprendente que Tiger Woods volviera a competir, resultó milagroso que haya sido capaz de conseguir una de las gestas más importantes del deporte al lograr su decimoquinto major.

No ha pasado tanto tiempo desde la imagen del Tiger más frágil; un muñeco de trapo en manos de la policía que apenas podía comunicarse. Lamentables imágenes del mito y más deplorable aún su difusión, teniendo en cuenta que como se demostró a posteriori, que el estado semiconsciente de Woods se debía a una mezcla de ingesta de medicamentos, con los que intentaba mitigar los dolores de su maltrecho cuerpo.

Fue el último capítulo y una frase común en su vida: “Es sólo dolor”, durante muchos años Woods ha tranquilizado a su entorno más cercano repitiendo esas tres palabras a lo largo de su exitosa carrera. Dolor de sus 12 operaciones, dolor de innumerables lesiones o molestias…desde fuera sólo deslumbraba el éxito, los triunfos, el dinero, desde dentro fue un tragar saliva y apretar los dientes. Quizás los datos que se recopilan en este informe hacen si cabe más épica la carrera de Eldrik Tiger Woods.

En apariencia un robusto cuerpo de atleta reventado por dentro. Fueron muchos años, muchas bolas, muchas victorias, exagerado entrenamiento quizás. ¿Está acabada la carrera de Tiger?. ¿Hemos asistido a lo mejor?. ¿Quedan posibilidades de que vuelva a ser el de antes?… En las siguientes lineas hay suficientes argumentos para que cada uno saque sus conclusiones.

Problemas desde la infancia

La vida no fue todo lo glamourosa que reflejaba la imagen ese precioso niño de ojos grandes y pelo rizado en los platós de televisión. El primer y desconocido gran problema fue su tartamudez. Al parecer, la mezcla del Tailandés materno y el inglés de su padre provocó la confusión y serios problemas en el habla de Tiger. Dificultades que afectaron sus relaciones con el resto de niños. Con la ayuda de un logopeda fue superando barreras y timidez hasta la normalidad y llegar a aquel ‘Hello World’ con el que Tiger se dio a conocer al Mundo entero en 1996. A aquellas palabras le siguieron millones de ruedas de prensa, entrevistas, etc.

Earl Woods, boina verde retirado, siempre educó a su hijo en las férreas costumbres militares y su obsesión fue preparar a su hijo para la dureza de la vida. Recuerda Tiger como siendo un niño en uno de los torneos en los que competía fue a la casa club para gastarse la propina en un refresco y se encontró con la negativa del camarero simplemente por ser negro. De ahí que eran constantes los crueles entrenamientos donde el pequeño Tiger daba bolas mientras su padre le dedicaba de insultos racistas para ‘endurecer’ su carácter. ‘pequeño trozo de mierda’ ‘Como te sientes siendo un pequeño negro’- eran algunas de las perlas que el pequeño Woods se tomaba con normalidad.

Y el niño se convirtió en adolescente y llegaron los triunfos importantes, también las primeras lesiones. En 1994 comenzó su racha triunfal en el Us Amateur y empezó también el calvario con su rodilla izquierda. Unos quistes le hicieron pasar por el quirófano y provocaron una larga cicatriz detrás de su rodilla de la que Tiger presumía en sus últimos años de amateur. La primera de muchas heridas de guerra.

En el Us Open de 1995 donde Tiger jugaba como amateur llegaron los primeros espasmos en la espalda, contratiempos que no apartarían al hambriento mejor amateur del mundo del torneo.

El ‘es sólo dolor’ fue la máxima que se repetía constantemente en su cabeza. Años más tarde, haciendo footing se rompió el ligamento cruzado anterior, pero tardó en pasar por el quirófano:  – ‘sólo me duele después de pegar el golpe’- se justificaba con normalidad.

Tiger convivió con el dolor y en la operación de rodilla de 2002 descubrieron que el 80% del ligamento estaba dañado. Junto con Butch Harmon, su entrenador entonces comenzaron a trabajar en buscar ajustes del swing que no dañaran su ya maltrecha extremidad. Durante gran parte de su carrera una de las preocupaciones de Tiger Woods fue evitar los ‘ganchos’ (golpe fallado con efecto derecha a izquierda), su defecto más común. Por ello siempre trabajó en la hipertensión de la pierna izquierda, consecuencia de un rápido y brusco desgire de caderas. Con la llegada de las molestias y operaciones, Tiger tuvo que construir un nuevo swing buscando una mayor flexión en su pierna sin producir movimientos tan bruscos.

Tampoco ayudó mucho a la salud física de Tiger sus sobre entrenamientos militares. Hubo momentos de autentica obsesión; con escapadas a Fort Bragg, misiones y viajes con los Navy Seals, carreras al alba con botas y el pesado petate militar, todo ante el estupor de su equipo que intentaba hacer entrar en razón y frenar las ansias bélicas del mejor golfista en aquellos tiempos. Su obsesión por la perfección le llevaba a entrenamientos también exagerados en el campo de golf:

«Un día normal de practica para mí, es pegar 600 bolas, entrenar el juego corto y patear, hacer algunos hoyos y trabajar en el gimnasio dos o tres horas. Esta es la vida que me gusta”, contaba Tiger

-“ Un día normal de practica para mí, es pegar 600 bolas, entrenar el juego corto y patear, hacer algunos hoyos y trabajar en el gimnasio dos o tres horas. Esta es la vida que me gusta”, contaba Tiger en su autobiografía que conmemoraba los 20 años de su primer Masters de Augusta.

En 2008 llega la segunda operación de rodilla, el doctor Thomas Rosenberg había limpiado el cartílago de su rodilla izquierda, y en plena intervención descubrió que el ligamento cruzado anterior izquierdo estaba en el límite, totalmente desgarrado. El doctor sin el consentimiento de Tiger y ante la evidencia de perderse el resto de la temporada decidió no operar al golfista. El plan para el resto de la temporada sería cuidar la rodilla, jugar los torneos importantes y una vez terminada la competición someterse a la reconstrucción de sus ligamentos. Dos semanas antes del Memorial y con la órbita del Us Open, Tiger notó un chasquido seco en su rodilla tras un golpe de practicas con su hierro cinco en un lie (posición de la bola) cuesta abajo. El dolor fue creciendo y provocó su ausencia del Memorial. El 30 de mayo y tras una resonancia magnética el doctor muestra en su ordenador dos pequeñas rayas negras en el hueso que conecta con la rodilla de Tiger. Le explica que son dos fracturas, además de los problemas del ligamento, que nunca mejor dicho, pende de un hilo. El tratamiento normal, explica el doctor serían de cuatro a seis semanas con muletas y otras cuatro semanas de rehabilitación…las cuentas más optimistas invitan a perderse el US y British Open e intentar reaparecer en el PGA Championship de Agosto. ‘Voy a jugar el US Open y voy a ganarlo- fue la rotunda respuesta de Tiger. El resto de la historia es una de las victorias más épicas del deporte con un increíble desempate de un Tiger cojo frente a Rocco Mediate impotente. La perspectiva y conocimiento de lo sucedido, hacen aún más histórica aquella gesta de Tiger cuyo precio fue caro, perderse el resto de la temporada.

Sufrir y ganar ha sido la constante de su carrera, pero su cuerpo acumula ya cicatrices y años a la vez que crece la competencia. Al otro lado de las cuerdas, los fanáticos de Tiger libran otra batalla, entre la corazón y la razón. Una batalla que hace tan sólo unos meses, en octubre, parecía perdida. Tiger reconoció entonces que había perdido el control de su vida y de su carrera, ‘mi agenda me la marca mi cirujano’, y muchos apuntaron a una inminente retirada. Pero solo dos meses más tarde volvía a callar bocas con una destacada  novena plaza en el Hero World Challenge después de prácticamente un año de inactividad. Mejor aún que su resultado fueron sus sensaciones y el nivel físico que transmitió el californiano como si hubiera sido transplantado en un cuerpo nuevo. El circulo de alguna forma se cierra con su gran victoria en el Masters de Augusta.

¿QUIERES VER QUE OPINAN ALGUNOS JUGADORES SOBRE LA VUELTA DE TIGER?