Querido Pablo Echenique, aquí la clase alta, y orgulloso de ser un ‘Cayetano’ más, un pijo, una parte de lo que tu consideras ‘minoría privilegiada’. Soy socio de un club de golf, de esos que te revientan. Igual que tu padre Enrique Fermín Echenique (supongo que te sonará el nombre), para más señas es handicap 24,9 y socio de La Peñaza (Zaragoza) y habitual de todos los torneos del club y sí, es tu padre, un pijo más, un enganchado al deporte que más valores es capaz de transmitir. Desconozco si reniegas de tu propia sangre porque lleva palos de golf en el maletero. No pretenden estas líneas ser una ofensa para tu progenitor golfista, supongo que bastante tiene con las tonterías que sueltas con tus demagogos discursos y con los bogeys en el campo. Te presupongo formado e inteligente como para seguir cayendo en las etiquetas de siempre, más aún cuando el ejemplo lo has tenido en la familia. Pero claro, entiendo que es parte de vuestra estrategia para captar los votos de la ‘clase obrera oprimida’, una ‘minoría privilegiada’ de esa clase obrera juega y vive del golf. Te invito a que te pasees con tu silla por el Campo de Golf Rústico de Pozuelo, por ejemplo. Es solo uno de los cientos de ejemplos, pero se te paró el reloj querido Pablo, el mundo y el golf ha evolucionado, pregunta sino a tu padre. Mis respetos a Enrique Echenique y mi desprecio a tu discurso rancio
