El Masters más esperado de la historia no defrauda. Un cúmulo de alicientes rebosan las emociones de este Major a destiempo. A estas alturas no importa que los greenes no sean cristales, que las magnolias no contrasten el verde de este campo de fantasía, o que el silencio premie los birdies y eagles en lo que se barrunta como el Masters con resultados más bajos de la historia. El récord de vueltas en los 60 golpes tras dos vueltas es de 36 y este año llevamos ya 35 con 44 jugadores aún sin terminar su segunda jornada. Parece que uno de los récords más míticos del Masters, firmar cuatro rondas por debajo de 70 golpes, podrían caer este año.
Jon Rahm ha dado otra lección de madurez con sus 26 años recién cumplidos. El control de su vuelta desde el primer golpe del hoyo uno hasta el putt de metro y medio para birdie no tirado en el 13, fue extraordinario. Approach y putt en el par cinco hoyo 2, un gigantesco putt de 9 metros para birdie en el difícil hoyo 4, y dos birdies para cerrar el 8 y el 9. Jon transitaría el amén corner con birdie en el hoyo 12 y el putt pendiente en el 13 que le llevaría a empatar en el liderato que ostenta el número uno Dustin Johnson, el tres Justin Thomas, el australiano Cameron Smith, o el mexicano Abraham Ancer (debuta en el Masters).
La noticia romántica de la jornada es la actuación de Bernhard Langer con 63 años, logró acumular 3 golpes bajo el par y pasar el corte del torneo. Como destacaba el periodista Joe Peta, Langer llegó a competir en su primer major en 1979 con Gene Sarazen nacido en 1902, y con Abel Gallegos (2002) en este Masters, 100 años de diferencia entre sus dos oponentes.
Otro veterano que se quedó fuera del corte tras firmar 80 golpes fue José María Olazábal. Rafa Cabrera-Bello transitaba al par (justo el límite del corte) tras nueve hoyos, justo cuando las bocinas anunciaban la suspensión de la jornada.