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La maldición de Nacho Elvira y los caprichos del karma

Siempre hemos oído los tópicos de que la suerte es para el que más entrena, o que existe una justicia divina que tarde o temprano va a equilibrar tu balanza vital; lo que te quitan de un lado, te lo compensará por el otro, dicen. Si esto es cierto, Nacho Elvira debería estar cerca de ganar el Open Británico. Y es que este querido deporte del golf se ha cebado demasiado con el jugador cántabro en estos últimos tres años. Ayer en Malasia, todo lo que podía suceder para que no ganará, sucedió.

Cúmulo de desgracias en la ultima jornada de Malasia

Primero, una suspensión que no llegó cuando debería haber llegado, luego un enorme trueno en el momento clave del backswing en el approach definitivo del español. Tras el mal golpe, se suspende el torneo y aún con todo en contra en la reanudación, Nacho Elvira embocó un enorme putt de nueve metros para disputar el desempate.

Ya en el playoff, Scott Hend falla el golpe de salida, pero la bola rebota en un árbol y se queda en calle en perfecta posición para alcanzar el green del par 5 hoyo 18 en dos golpes, nuevo error y nueva carambola que termina con su bola en el búnker de green, cierto es que Nacho no pudo combatir a la suerte con un birdie, volvía a ser segundo por segunda semana consecutiva.

La primera y surrealista derrota en Marruecos

Pero Nacho encajó los envites del destino como un caballero, ni un mal gesto, ni una palabra que justificara la derrota ni una simple alusión a la diosa y esquiva fortuna, se quedó con lo positivo y el próximo torneo volverá al asalto de su primera victoria. Es tan injusto como increíble que su casillero este aún a cero, la primera oportunidad llegó en 2016 en Marruecos. Nacho completaba una excepcional ronda final con una tarjeta de -3, cinco bajo par el total en unas condiciones de juego complicadísimas. Líder en casa club y ya acariciando el trofeo. Jeunghun Wang aparecía jugando el 18 con un golpe menos, y embocada un putt de cinco metros cuesta abajo para forzar el desempate. No pareció afectarle mucho este jarro de agua fría y Nacho jugó un playoff impecable, dos golpes para dejarse una oportunidad de eagle. La primera victoria era cuestión de segundos, sobre todo viendo las complicaciones en el hoyo de Wang, pero de nuevo el karma se descojonaba del español empujando a la bola de Wang en un birdie inverosímil de 15 metros, Elvira no acertaba con su eagle y el empate persistía. Volvieron al 18 y el coreano metía otro tubo de casi siete metros. Elvira buscaba la cámara oculta, esto no podía estar sucediendo.

Otro de los disgustos más agrios de la carrera de Elvira llegó el año pasado en el Open de España donde dio un recital de juego. Cuando más cerca se encontraba de alcanzar al líder, Jon Rahm, el hoyo 17 terminó con sus esperanzas tras un buen y valiente golpe que finalizaba por poco en el obstáculo de agua. Nacho terminó tocado, escocía no ganar delante de su gente.

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