El papel de la mujer en el mundo del deporte ha ido cambiando con el paso de los años. Las mujeres han tenido que pelear mucho por quitarse el estigma de mujer florero. Incluso algunas de las mejores deportistas, reconocidas a nivel internacional, deben soportar que se hable primero de sus atributos físicos que de su destreza, algo que ya han vivido las hermanas Williams o María Yúrievna Sharápova, grandes nombres del tenis femenino. También destinadas a la entrega de premios en los deportes del motor o del ciclismo, las mujeres no siempre han sido tomadas en serio como deportistas.
En el golf no obstante parece que poco a poco se van teniendo en consideración, y es que no es para menos. Nombres como el de Patty Berg, pionera en esta disciplina, con 15 majors a sus espaldas logrados a comienzos del siglo pasado, o Anikka Sorenstam, que a principios de este siglo ya había ganado 72 torneos, ponen de manifiesto que tanto en el pasado como en el presente hay grandes golfistas femeninas. Tanto es así que España se fijó el objetivo de promocionar el golf de mujeres albergando el máximo de torneos posibles.
A pesar de que las golfistas más importantes del momento no son conocidas por encontrarse en las listas de de las atletas más sexys, esto no significa que no haya ninguna mujer que se dedique al golf profesional que no haya desviado la atención hacia su aspecto físico. De hecho, durante años Paige Spiranac ha dado mucho que hablar precisamente por no ser una deportista notoria pero convertirse no obstante en el rostro sensual del golf femenino. Sus polémicas declaraciones (como confesar que juega sin ropa interior) han disparado su número de seguidores en las redes sociales. Todos quieren ver sus fotos pero nunca ha conseguido destacar por su técnica.
Aún así, ha conseguido colocarse en puestos de influencia, como ser la primera mujer que ha anunciado a los jugadores durante el Omega Dubai Desert Classic, un papel que Igor Robson había interpretado por cuatro décadas. ¿Es algo que sólo ha conseguido por su físico? Sin duda alguna, ayudó bastante, lo mismo que su actitud provocadora, pero también consiguió hacerse un hueco fijo en la revista Golf Magazine. Recientemente se retiró de los campos de golf pero sigue sin desvincularse del mismo. Es posible que, si bien físicamente no tenga un juego lo suficientemente bueno, los conocimientos teóricos sean suficientes para desempeñar estas labores. Sea por unas u otras cosas, ha conseguido mantenerse relacionada con el golf aunque sea por ser la única hasta la fecha entre 24 mujeres que ha sido portada de la revista Golf Digest que no protagonizó esta cubierta por sus méritos deportivos.
Este tipo de actitud ha sido muy criticada por sus compañeras y rivales golfistas. Sin embargo, tal vez sea una aportación diferente a la visibilidad de la mujer en un territorio en el que los hombres son más conocidos. Dentro de cinco años se verá dónde quedó esta maniobra.
