Hay muy pocas semanas al año en las que jugar al golf no parece jugar al golf, una podría ser la Ryder Cup y otra sin duda esta, la del Open de Phoenix. En estas semanas, hay momentos y sitios donde el público muta a un ‘hooligalismo’ amparado por ejemplo en la espectacularidad en el tee del uno de una Ryder Cup o en el afamado hoyo 16 del TPC Scottsdale. Quizás lo que hace que las imágenes que vamos a ver este fin de semana sean tan atractivas y espectaculares sea el hecho de que en un apacible deporte como el golf, esto sea sólo un paréntesis de dos semanas.
Las 20.000 almas que custodiarán el hoyo 16, van a tener un buen motivo para romper sus gargantas, sin duda será el paso de Phil Mickelson y Jon Rahm. El héroe local y buque insinúa de Arizona State con su fiel aprendiz que siguió sus pasos en Arizona y que ahora amenaza con superarle. Entre medias el hermano Tim Mickelson, quien fuera mentor y coach de Rahm en Arizona, terminó dejando todo por irse de manager del español, para que meses después rompiera con Rahm para ejercer de caddie de su hermano. En fin, un culebrón. Aunque como ven en las palabras de Jon Rahm y Phil Mickelson, lejos del rencor, lo que hay es admiración y amistad mutua.
Sea como fuere y ante tanto ambiente festivo Jon está escocido y para pocas fiestas después del fin de semana pasado, pero sigue en ese proceso en el que cada semana pase lo que pase será un aprendizaje.
Nuestro compañero Juan Golfgusto pudo hablar con Jon Rahm y comprobar como llega al Open de Phoenix: