Un pasacalles para celebrar la demolición del golf

Presentado el nuevo parque.

Soy vecino del castizo Chamberí desde hace 17 años. Es un barrio tranquilo y abierto, con masa estudiantil, gente normal. Cada día que salgo de casa tengo que toparme con el proscrito Golf Canal, una instalación que nació como referencia en Europa, centro de ocio abierto a todos los vecinos del barrio con una cancha de prácticas y unos hoyos cortos en el corazón de Madrid. Un sueño hecho realidad.

Pues resulta que fue una instalación concebida y levantada ilegalmente por Esperanza Aguirre, nadie va discutir eso ni la sentencia que condenaba a Golf Canal y obligaba a su «reposición y restablecimiento de la parcela a su estado físico anterior a la ejecución de las obras». Golf Canal era y es mucho más que un campo de prácticas y nueve hoyos de golf; son campos de futbol y sus escuelas, son pistas de pádel, son zonas de ocio y descanso, es pista de footing y todo era ilegal, o casi todo, hasta que la demagogia y el oportunismo político decidió que había que salvar todas las instalaciones deportivas menos el golf. «Queremos que el Ayuntamiento emita un informe que indique que el espacio que ocupan las pistas de futbol y pádel se clasifiquen como zonas deportivas básicas que son compatibles con la calificación de zona verde que tiene todo el terreno», apuntaban desde Ciudadanos. Dicho y hecho, partidos como el Partido Popular o Ciudadanos se sumaban al populismo demagógico y se llevaban por delante el golf y de paso se desmarcaban aún más de la ya entonces sepultada Esperanza Aguirre; y todo hay que decirlo; ante el ‘Don Tancredo’ generalizado de federaciones, aficionados al golf o vecinos. No supimos o no quisimos reaccionar a tiempo y defendernos. El trasfondo de todo era una guerra política y la batalla principal se perdió.

Muy significativo fue un tweet del Consejero de Presidencia Ángel Garrido (PP), donde dejan muy claras sus instenciones considerando ‘no útiles para todos’ las instalaciones del golf:

Demolición del golf

El próximo martes comenzarán las obras de demolición del golf (con un presupuesto de 300.000 euros) y hoy mismo se presentaba a bombo y platillo por la Presidenta de la Comunidad Cristina Cifuentes el nuevo plan para las instalaciones de Canal que verán la luz entre 2019 y 2020. Lo que era el campo de prácticas pasará a ser una plaza polivalente donde se podrán celebrar conciertos y se construirán además pistas de baloncesto, hockey, voley-playa, voleibol y patinaje, además de habilitar un nuevo espacio para juegos de petanca, mesas de ping-pong y un parque de calistemia.

Una decisión muy acertada (entiéndase la ironía) teniendo en cuenta que frente a los más de 80.000 jugadores de golf que hay federados en Madrid, la comunidad cuenta con 2.212 federados de Hockey, 6.660 de patinaje y 18.167 de voleibol (cifras que también incluyen a los federados de Voleiplaya). Siendo justos (ahora sin ironía) si parecen razonables las instalaciones para los amantes del basket.

Así será el nuevo parque de Chamberí sin campo de golf:

Ni la señora Cifuentes, ni el señor Garrido ni el resto han querido ser conscientes de una realidad y es que una instalación de golf como la que había daba servicio a muchos madrileños independientemente de su edad (al golf se juega desde 5 a 90 años) o discapacidad (semanalmente acudían a golf canal grupos de invidentes, discapacitados intelectuales o físicos). Dudo mucho que una actividad como el hockey o el voleiplaya sea tan democrática en este sentido.

Algunos se preguntarán…¿Quién ha decidido que instalaciones deberían sustituir al golf?. El lema de de la presentación de Cifuentes hoy es «El parque que quieren los vecinos». ¿Qué vecinos?. Supongo que se referirán a tres asociaciones de vecinos que han llevado la voz cantante en todo el proceso y que hoy se cuelgan medallas, brindan con champan y organizan pasacalles para celebrar la demolición. Hablo de Parque si Chamberí, Corazón Verde, y El Organillo, asociaciones todas, absolutamente politizadas y que en todo este proceso han mostrado sus perjuicios sociales.

Como ejemplo podemos ver esta asamblea informativa de Parque Si Chamberí y algunos comentarios respecto al golf de sus miembros:

La nuevas instalaciones presentadas por la presidenta han salido de un multitudinario taller organizado por Parque Si Chamberí (al que asistieron según fuentes de la propia asociación) 100 personas en su punto más álgido (el barrio cuenta con una población de aproximada de 150.000 personas). Así que si descontamos del multitudinario y decisivo ‘referendum’ a los miembros de las asociaciones y sus familias, nos encontraremos con que unas 30 o 35 personas han decidido el futuro de las instalaciones herederas del golf. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Desde luego ni a mi ni a la mayoría de los vecinos del barrio nos molestaban el golf y ni mucho menos nos han convocado para ninguna junta vecinal o taller de decisión.

Al contactar con las citadas asociaciones, afirman no estar contra del golf, sino contra una instalación ilegal y mal planteada urbanísticamente. Su caballo de batalla son las torres que sostienen las redes de contención, pero cuando se ha intentando dialogar para proponer una instalación de golf acorde a las normas urbanísticas y mucho más reducida, tampoco han querido saber nada. Según ellos no hay trasfondo ni social ni político, eso si el domingo celebrarán la demolición del golf con un pasacalles que han titulado Bye Bye Golf donde incluso a través de su página web facilitan un recortable para que los vecinos que les secunden puedan construirse una especie de disfraz simulando ser una de las torres del campo de golf.