Érase una vez un chico de Barrika que soñaba con ser número uno del Mundo, más que soñar estaba convencido de ello. Veintiún meses después Jon Rahm se encuentra con la posibilidad real de ser el segundo español en la historia (tras Severiano Ballesteros) que ocupe la cúspide del ranking mundial. Pero en las horas previas a la defensa de su título en el Farmers Insurance, Jon no quiere ni oír hablar de ese ‘cuento’. El de Barrika se protege, viene curado de espanto de los ‘Grandes’ el año pasado, cuando un exceso de expectativas terminaron por afectar a su rendimiento. «No quiero ni saberlo…» interrumpía Rahmbo a nuestro compañero del Correo Vasco José Manuel Cortizas cuando le confirmaba el dato.
«¿Nº1?, No quiero ni saberlo…» interrumpía Rahmbo a nuestro compañero del Correo Vasco José Manuel Cortizas cuando le confirmaba el dato.
Para lograr semejante épica Rahm tendría que ganar esta semana, algo que volvería a superar todos los límites de la lógica y del sentido común y no hablamos de la victoria en sí, sino de hacerlo con el enorme desgaste psicológico y físico que debe arrastrar el de Barrika después de la victoria en el Career Builder (compromisos propios de las mieles del triunfo), llegar a la defensa del primer título de su carrera esta semana (compromisos propios de ser el campeón defensor), ser el nuevo número dos del mundo (compromisos propios del número 2 del Mundo), tener opción esta semana de ser el mejor del mundo (compromisos propios del aspirante al número 1), y por si todo era poco, el virtual emparejamiento con Tiger Woods en su vuelta parecía hecho (aquí el PGA Tour le ha dado un respiro). Con todo, se me antoja imposible la victoria, pero ya sabemos como se maneja Ramhbo entre el imposible y además de estar a punto de sacarse el doctorado en burlar al sentido común.
Aquí podéis ver las declaraciones de Jon Rahm a nuestros compañero Juan Golfgusto.
Afortunadamente gran parte del foco de la semana es para el número 657 del mundo, un disparate si no estuviéramos hablando de Tiger Woods. En su esperada conparecencia pública dio la sensación que Tiger quiso rebajar expectativas y orientó sus objetivos esta semana en «ganar consistencia en su juego y resistencia muscular». De músculos el californiano de 42 años anda sobrado. De hecho físicamente se le ve mejor que nunca «me siento muy bien» comenzaba diciendo a los periodistas, pero no olvidemos el dramático historial de lesiones y problemas físicos del que fuera dominador del golf tantos años…
Hay un cierto rumor que afirma que el emparejamiento Tigre vs León de Barrika estaba hecho y bendecido por el PGA Tour hasta que desde el entorno de Woods pidieron un poco de tranquilidad en su vuelta. Bastante tendrá con afinar su juego y aguantar el físico. Quién tampoco ve el futuro de Woods demasiado claro es Sergio García, desde Dubai el de Castellón marcaba un ‘interrogante grande’ sobre el retorno del Tigre. Los medios más sensacionalistas americanos ya lo han sacado de contexto y esparcido las declaraciones en busca del morbo pedido en el pollo frito o las batallas de Bighorn…
