Y el fútbol abrió el fuego en Valderrama

valderrama primer día

El calor castiga los tapizados greenes de Valderrama, la bola rebota con violencia, como en un tatami, apenas hay viento, ni se le espera. Quizás el ganador el domingo ronde el par del campo. Los comentarios más repetidos por los jugadores se refieren a la dureza de Valderrama. A las 16.30 horas en punto aparecen 19 de los 22 españoles participantes en el Estrella Damm Andalucía Valderrama Masters. Los pantalones amarillos chirriantes de Álvaro Quirós, el polo fantasía de Gonzalo Fernández-Castaño y las ‘canillas’ que dejan al descubierto las bermudas de Olazábal son los detalles más comentados. La foto fluye y el grupo se disgrega rápidamente; unos como Olazábal van al tee del hoyo 10 a seguir con la práctica, otros, como Rahm a descansar e intentar recuperar el cuerpo del jet-lag tras el viaje EE.UU-Canadá-Gibraltar-Sotogrande; la mayoría pone rumbo al campo de fútbol de Guadiaro. Jugadores y caddies van a protagonizar el tradicional partido que culminará con un asado argentino.

«Los pantalones amarillos chirriantes de Álvaro Quirós, el polo fantasía de Gonzalo Fernández-Castaño y las ‘canillas’ que dejan al descubierto las bermudas de Olazábal son los detalles más comentados».

Caddies vs Jugadores

Los caddies, que van sin camiseta, pronto se adelantan en el marcador. Sergio García ejerce también aquí de anfitrión, dirige el centro del campo, anima a sus compañeros y mete la pierna con mesura, todos se miden. A pesar de todo, Andrea Pavan, el ganador la semana pasada en Alemania tiene que salir del campo por un golpe en la rodilla, rápidamente busca hielo y se sienta con gesto de preocupación. No parecía estarlo demasiado Alejandro Molina, su caddie. Uno de los que más disfrutó del encuentro y una de las estrellas del mismo, con gol incluido y un posible penalti que dividió las opiniones del respetable. Molina anima tanto dentro como fuera del terreno de juego: «Bien…Gallego, bien…» anima a Victor García, hermano y caddie de Sergio que se muestra polifacético en el campo, tan pronto se pone de portero como hace las veces de delantero centro. Los jugadores acortan diferencias, Sergio marca desde fuera, Jorge Campillo que se incorpora al encuentro, aparece callado y efectivo (como en el campo de golf). Un gol fantasma parece colarse en la portería de los caddies, de nuevo hay disparidad de criterios pero ahí está el móvil de nuestro compañero Gerardo Riquelme que a modo de VAR muestra que la pelota no llegó a sobrepasar la línea. La victoria final es para los caddies, Sergio sale disparado tras la foto de familia a un nuevo acto en Valderrama, justo antes de que uno de los caddie le interrumpa:

-¡Sergioooo!, el dinero….-, el de Castellón se marchaba sin poner el bote para sufragar los gastos del partido y la barbacoa. Un par de horas de desconexión antes de que mañana Valderrama les devuelva a la realidad., de un torneo que apunta a la paciencia como una de las virtudes más demandadas.