Crónica de algo más que un torneo

Balneario de Mondariz - Torneo de las Banderas

Javi empezó viniendo a Mondariz como ‘Javito’ y ahora es Javi y viene con novia. Está en la edad de dedicar su tiempo de ocio a otros menesteres más adolescentes que el golf, pero este fin de semana hace un paréntesis y de alguna forma se transforma en ‘Javito’. Me atrevo a decir que es de las pocas ocasiones en el año donde toda la familia se junta, bendito golf.  Me quedo con esa imagen, con los reencuentros, con la ilusión, con las sonrisas; me quedo también con la alegría de Manolito con la bandera enmarcada de la próxima Ryder Cup de París que hace juego juego con la decoración de su cuarto. Sus padres querían que les tocase en el sorteo el espectacular viaje a Madeira, pero Manolito está mucho más contento con la bandera que ondeará en el Golf National. Me quedo con muchos detalles y gestos que resisten todavía en mi cabeza de uno de los mejores fines de semana de golf. Lo hace posible Mis torneos de Golf con Víctor Sauca a la cabeza en la segunda edición de su ya conocido como torneo ‘de las Banderas’.

El golf debería tener un perenigraje anual obligado al Balneario de Mondariz. Una especie de ‘camino de Santiago’ sin apóstol, ni ampollas, con palos de golf y cinco horitas de paciencia en coche desde Madrid. Sé que hay muchos sitios donde ir y campos por jugar, pero yo me quedo en Mondariz; no se si será la magia de su balnerario, o la gastronomía, quizás el trato de Kiko, Salva, Tato, Lorena y demás buena gente del Balneario; es posible que sea el campo de golf (siempre hago buen resultado), quizás los premios; quién no quiere poner en su salón la bandera del Masters de Augusta firmada por Sergio García, (para los menos románticos; pueden que saquen 600 euros por ebay). ¿Y como no?, reencontrarte con los amigos en la luz de la noche galega, entre pulpo y zamburiñas a la plancha y los conjuros de la queimada.

El torneo empieza con una barbacoa más argentina que gallega. El viernes al medio día van llegando jugadores de diferentes puntos de España. Allí espera Victor , perfecto anfitrión, lleva meses de trabajo y desvelos. No exagero ni una coma. La semana después de terminar, la maquiavélica mentes  ya están funcionando. También os digo que afortunadamente no pone en práctica todo lo que pasa por esa cabeza. Pero nada escapa a su control: desde recopilar banderas durante todo el año, hasta buscar jugueterías en Ponteareas para tener un detalle con cada niño el mismo día del torneo.

Lo primero que te sorprende en la llegada al hotel es el bodegón Garciísta que han montado en recepción, chaqueta verde con su escudo, foto y una televisión que repite en bucle los mejores momentos de la histórica victoria, y lo más importante, uno de los grandes premios, la bandera del Masters 2017 firmada por su ganador, Sergio García. 

Bodegón Garciísta instalado en la entrada de Balneario de Mondariz, con el Gran Premio, la bandera del Masters 17 firmada por Sergio García.

Volvamos al torneo y a la primera toma de contacto con el campo. Después del atracón carnívoro de la barbacoa llega un relajado torneo scramble por equipos donde casi todo esta permitido, por lo menos a lo que refiere a las normas de vestimenta de etiqueta. La organización no sólo anima a jugar en vaqueros y camiseta, sino que el atuendo más original tendrá premio. Muchos ya conocen mi oposición ante las absurdas normas de etiqueta que abunda en los códigos de vestimenta de nuestros clubes. Ante esta iniciativa, sólo puedo ponerme la camiseta y quitarme la gorra. Chapeu. La familia Ramírez-Velao gana de calle. Se lo han ‘currao’ y vienen con polos personalizados para la ocasión.

La familia Ramírez Velao ganadores por su vestimenta original.

La jornada culmina con uno de los platos fuertes del fin de semana, la “romería Gallega”. Si el torneo de las banderas prescindiera de todo los demás y sólo hubiera romería, yo también vendría. Empanadas, pulpo, berberechos, navajas, zamburiñas, quesos, jamón, carnes, etc…todo al ritmo de las gaitas y culminando con filloas y queimada. Un espectáculo sin limite digestivo. Tras un acto de constricción, nos retiramos a tiempo.

Las zamburiñas a la plancha, una manjar sólo por le que merece la pena venir a Mondariz.

Todo esta preparado en el campo de golf desde primera hora de la mañana, los buggies, los carros, las tarjetas, y Tato de la Cuesta, gerente del campo. Tato es un ser de paciencia y horarios infinitos. Parece serio y de primeras puede acojonar, pero su retranca gallega y su vocación de servicio al cliente te conquistan. Al igual que la fuente de Gándara que dio origen al Balneario, Tato siempre está ahí y es un símbolo del campo.

Son 18 divertidos hoyos stableford. El campo es técnico pero noble. Quizás sean los pares tres los hoyos más exigentes, el hoyo 2 precioso en bajada de casi 200 metros con un importante desnivel o el emblemático 17 con agua por la derecha y un gigantesco búnker que protege las precavidas bolas que se apoyan por la izquierda. Un recorrido variado siempre bien cuidado y con la naturaleza como protagonista. Mi partida no puede ser más agradable. Javito que paga la inactividad en el inicio, pero termina pegando drives descomunales y haciendo birdies imposibles. Mi querido zurdo Alfonso que es el entusiasmo personalizado, aunque de golf mejor no hablamos y Antonio, registrador y notario que vive con pasión este deporte. Viene renqueante de una lesión y aunque el juego no acompaña, deja detalles del golf de siempre, del bueno. 

En la lucha por el scratch llegamos ajustados a los dos últimos hoyos y la bola al agua en el 17 de Javiito me puso en bandeja en torneo y uno que es competitivo y perro viejo, no desaprovechó la ocasión. El gintonic suele calmar las heridas del campo y tras el juego una competición de mejor approach en la terraza de la casa-club animó la ingesta etílica y degustación de la ginebra gallega Nordés. Hubo golpes de todo tipo y un servidor tuvo la suerte, de nuevo, de atinar con el golpe más cercano a bandera. Una competición patrocinada por los amigos de Única Inmobiliaria, también grandes entusiastas del golf.

Mesa de premios.

Tiempo ahora de dormir la resaca, hacer digestiones o disfrutar de la variedad de masajes del balneario o su espectacular palacio del agua. Una vez repuestas las fuerzas tocaba la cena final y entrega de premios. El majestuoso salón culmina con una mesa de premios a la altura del fin de semana; palos, viajes, trofeos, regalos…y una vez que se abren la puestas del salón contiguo donde se han distribuido diferentes estaciones gastronómicas. Arroces, Sushi, marisco, carne, pescado, postre….menos mal que la ‘operación sotana’ de este fin de semana está llegando a su fin. Impresionante despliegue.

Ganadores de las banderas.

Sólo quedaba aplaudir a Manuel Alfaya, Pilar Herranz, Hugo Costa, Eduardo García, Gregorio González, Jorge Suárez, Manuel Macía, Francisco J. Vazquez, Ramón Brinquis, German Casas que coparon los premios, el sorteo de las preciadas banderas y el fin de fiesta. La fecha para 2019 ya está reservada en mi calendario.