El golf y sus gafes

Hay derrotas y derrotas y ya contábamos como la de Nacho Elvira en Malasia fue especialmente cruel. Teniendo además en cuenta que no era la primera vez que un trofeo se le escurría de las manos de esta forma. Sin embargo la historia del golf esta llena de momentos desgraciados, de jugadores gafados y de situaciones surrealistas. Muchos hablan del desenlace del Open Británico de Carnoustie en 1999 con Jean Van de Velde y su tentativa de ganar un Major desperdiciando los tres golpes de ventaja que tenía en el último hoyo. O la mala racha de Phil Mickelson en majors, (el primero no llegó hasta 2004), luego se resarciría. Sin embargo nos quedamos con tres ejemplos de jugadores cuyas historias seguro que en estos momentos podrían subir la moral incluso de Nacho Elvira

El putt sobrenatural de Joel Daley en el año 2000

Jugó 60 torneos en el PGA Tour, gracias a las dos temporadas (1996 y 1998) donde logró la tarjeta. Sin embargo este jugador pasó a la historia cuando ya celebraba un nuevo ascenso en el PGA Tour en el año 2000. Daley jugaban la sexta ronda de la escuela de clasificación y sólo necesitaba hacer cuatro putts en el último green para asegura su tarjeta. El norteamericano firmó cinco putts con uno de los golpes más misteriosos que ha vivido este deporte en toda su historia, un putt de poco más de un metro, que rodaba camino del centro del hoyo con la fuerza justa. La bola terminaba saliendo de dentro del hoy en una extraña situación casi paranormal.

Joel Daley nunca volvería a sacarse la tarjeta aunque años más tarde el karma se acordó de él con una victoria importante en el Champions Tour.

La roca que se alió en contra de Jim Nelford en 1984

Jim Nelford fue uno de los jugadores canadienses más prometedores. Tras una brillante carrera amateur, se pasó al profesionalismo disputando el PGA Tour, pero nunca llegó a ganar. De hecho las rocas del hoyo 18 de Pebble Beach impidieron de forma misteriosa su triunfo. Era el ahora conocido como AT&T Pebble Beach Proam de 1984, Nelford era líder y Hale Irwing necesitaba terminar con birdie en el hoyo 18 para forzar un desempate. Su salida se fue directamente a la izquierda, una bola predestinada a los preciosos acantilados del pacífico o las arenas doradas de la playa de Carmel, pero misteriosamente la bola reboto y apareció en el centro de calle. Ni siquiera el propio Irwin podía creérselo. Terminaría ganando el desempate ante un desmoralizado Nelford. El destino quiso además que la promesa canadiense sufriera un dramático accidente de ski acuático meses más tarde, a consecuencia del mismo Nelford sufrió unas lesiones que le obligaron a retirarse del golf competitivo.

La pierna rota de Boxall en pleno Downswing

Ricahard Boxall fue un prometedor jugador inglés que peleaba en el Open Británico de 1991 por su triunfo más importante (un año antes había ganado en el Circuito Europeo). Durante la tercera jornada de este major luchaba por el triunfo a sólo dos golpes del líder, cuando en el tee del hoyo 9 un chasquido seco y fuerte sorprendió a todos. Segundos más tarde Boxall se desplomaba en el mismo tee retorciéndose con gestos de dolor. Su pierna izquierda se había roto justo en el momento de la bajada del palo. Una ambulancia tuvo que acceder el hoyo 9 para llevarse al jugador al hospital. Desde aquella lesión, Boxall no volvió a rendir con alto nivel competitivo.