Y Sergio García volvió a su jardín y todo regresó a la normalidad, los drives alcanzaban las calles, los hierros volvieron a ser precisos y el putt (con el grip pinza) volvió a sus cuotas de efectividad. Todo se tradujo en un magistral resultado de -5, dejándose por el camino alguna oportunidad más, como la del último hoyo 9 con un putt de birdie unos dos metros.
La felicidad de Sergio era contenida, pero Valderrama pareció ser el bálsamo que el juego del español necesitaba. A falta del turno de tarde Sergio ocupa la segunda posición a un golpe del francés Victor Pérez.