Tony Jacklin vive a sus 77 años una vida tranquila en Brandentton (Florida) alejado de los focos y junto al campo de golf Concession que co-diseñó junto a Jack Nickalus para conmemorar uno de los momentos más deportivos de la historia, la concesión del putt que Nickalus le otorgó en la Ryder Cup de 1969 y que hacía que Estados Unidos y Europa empataran aquel encuentro. El golfista inglés, además, pasó a la historia por ser el primero en romper el orden establecido del golf estadounidense a finales de los 60 y principios de los 70, inspirando a muchos jugadores europeos. Demostró que era posible derrotar a las todopoderosas estrellas norteamericanas, eran los años del dominio de Nicklaus, Palmer, Trevino dominadores del golf junto al sudafricano Gary Player. La irrupción del ‘quinto Beatle’ supuso una bocanada de aire fresco para el golf. Fue el primer inglés en cincuenta años en ganar el Open Championship de 1969 y el primer europeo que se hizo con el Us Open en 1970, tras 44 años de dominación americana. Jacklin fue además icono de la Ryder Cup y culpable de que hoy en día sea una de las competiciones más importantes del deporte. Ha plasmado parte de sus experiencias en el libro “Tony Jakcklin, mi viaje en la Ryder Cup (My Ryder Cup Journey)” con la colaboración de Tony Jiménez que puede adquirirse a través de Amazon, y nos atiende desde su retiro americano para repasar una apasionante y complicada vida.
Vinculación con Sotogrande
Si hay un destino que marcó la vida de Jacklin ese fue España, concretamente Sotogrande: “pasé unos años muy felices allí, era mi hogar”. Los comienzos de los 70 supuso época dorada del golfista inglés y del exclusivo destino español que comenzaba a plagarse de glamour y vecinos ilustres: “descubrí España por esa época y hasta cerca de 1990 tuve una base allí, una casa a solo unos metros del tee del 18 del Real Club de Golf de Valderrama que visitaba en cuanto podía”. Eran habituales sus partidos con el actor Sean Connery. “Teníamos un grupo de expatriados que vivíamos allí y fueron años muy divertidos”. Uno de sus compañeros de partido más ilustres durante aquella época fue el vicepresidente de los Estados Unidos en la era Nixon, Spiro Agnew, asiduo a nuestro país.
Quizás, la peor ronda de su vida llegó en 1988, cuando jugando Valderrama junto a Sean Connery y el piloto John Fitzpatrick le avisaron que acaban de encontrar a su mujer muerta, víctima de un derrame cerebral al volante de su coche. Connery y Fitzpatrick se encargaron de todas las gestiones, Jacklin quedó en shock y finalmente decidió enterrar a su esposa de 44 años en San Roque. “Me sumergí en el whisky todas las noches y fácilmente podría haber bebido hasta la muerte”, recuerda los duros días posteriores tras quedarse viudo con tres hijos adolescentes.
Escándalo en los tabloides
Solo seis semanas después en un torneo de exhibición en Londres conoció a una joven camarera llamada Donna. “Nunca le pregunté su edad, pero resultó que solo tenía dieciséis años. Como estoy seguro de que puedes imaginar, mi cabeza todavía estaba por todos lados. Finalmente vino a España para quedarse conmigo durante unos días”. El ‘affair’ solo duró unos días, los suficientes para que Tony Jacklin fuera portada de los principales tabloides ingleses y decenas de paparazzis acamparan en la puerta de su casa. Tony decidió esconderse con una nueva conquista en La Bobadilla, un exclusivo hotel cerca de Málaga que el Rey Juan Carlos solía visitar con cierta asiduidad. Fue entonces cuando el mítico exfutbolista George Best también confesó su relación con la menor y alivió la presión mediática para que Jacklin, finalmente pudiera salir de su escondite.
Expulsado de Valderrama
No fue su único desencuentro en Sotogrande, conocida fue su enemistad con Jaime Ortiz Patiño, el millonario peruano que hizo de Valderrama uno de los mejores campos del Mundo. Durante una temporada, Patiño prohibió la entrada de Jacklin en su exclusivo campo.
“Un jardinero se dejó un día una de las puertas abiertas y uno de mis dobermans se escapó hasta parar en la casa de un vecino sudamericano amigo de Patiño y recibí una carta diciendo que había asustado a su asistenta”, confesaba Jacklin que en esa época no tenía la cabeza para mediar en conflictos vecinales. “Le contesté qué si querían privacidad, levantaran una tapia en su casa como hacíamos todos”. La siguiente notificación fue una prohibición expresa de entrar en el Club de Valderrama. No fue el único. Al escocés Sam Torrace ganador de más de 20 torneos en todo el mundo, también se le invitó a abandonar el club por un supuesto robo de naranjas en un árbol de un vecino de la urbanización. Una prohibición que el propio Patiño tuvo que levantar meses antes de que Valderrama acogiera el primer Volvo Masters del Circuito Europeo ante las amenazas de boicot del propio Jacklin y la intermediación del Circuito Europeo.
Convenció a Seve para volver a la Ryder Cup
Jacklin tuvo también un papel determinante en el regreso de Seve a la Ryder Cup en 1983, el campeón español había debutado en 1979 y en la edición del 81 decidió no tomar parte por desavenencias con el Circuito Europeo. “Todo giraba alrededor del dinero de primas de participación, habría unas 10 personas recibiendo primas. Todo se hacia por debajo de la mesa. En mi opinión, era un sistema corrupto”, afirma Jacklin que llegó a la capitania europea en 1983 y lo primero que hizo fue sentarse con Seve: “acepté el puesto de capitán y le dije: «No puedo hacerlo sin ti, te necesito a bordo. Creo que en ese momento éramos las dos personas que realmente creíamos que podíamos cambiar esto”, Seve accedió y por primera vez Europa estuvo a punto de ganar a Estados Unidos en su propio terreno. “Fue una amistad deportiva muy positiva. No tenía su número de móvil, no le molesté más que cuando estábamos jugando la Ryder Cup”.
Con respecto al segundo número uno español en la historia del golf, Jacklin lo tiene claro: “Creo que Jon Rahm es merecidamente el jugador número 1 hoy en día. Sentí un poco de pena por él las últimas dos semanas de su temporada porque es un patriota y volvió a jugar a su propio país estos dos eventos, pero creo que estaba mentalmente cansado y no produjo su rendimiento normal, fue una obligación para él. Claramente la situación le superó y no es una máquina. No veo ninguna razón por la que no sea el jugador número uno en el deporte durante unos años”. Rotundo Jacklin, que superó un cáncer y convive con una importante sordera. El mítico golfista inglés se emociona al valorar lo que el golf ha significado en su vida: “Viajar persiguiendo pelotas de golf por todo el mundo fue la base de mi educación. Es una pérdida de tiempo compararse con los demás. Hice lo que mejor sabía hacer y traté de dar lo mejor de mí”.