Casi cinco años han pasado desde que Tiger Woods levantó su último trofeo. Quizás la inspiración de la victoria de Phil Mickelson en México la semana pasada, quien que fuera su principal rival en el pasado y que también rompía una sequía de un lustro, quizás la motivación de llegar a las 80 victorias y empatar con Sam Snead, quizás callar bocas (como la mía) que llegaron a verbalizar que estaba más cerca la retirada que la victoria.
Todo es un cúmulo de circunstancias y sensaciones que envueltas en un físico saludable y un juego sólido y hasta desenfadado, podrán hacer mañana que la vestimenta rojinegra del Tigre tenga otra vez sentido.
Saldrá en el segundo partido por la cola a un solo golpe del líder, el canadiense Corey Conners a eso de las 18.50 hora española. Tiger compartirá jornada con Bradnt Snedeker, quién sin saberlo protagoniza una estúpida estadística; las tres últimas veces que Phil Mickelson ganó en el PGA Tour (Phoenix Open 2013, The Open 2013, WGC México 2018), el ganador de la semana siguiente fue Snedeker. ¿Saben ya quien ganó la semana pasada…?
El cambio de rumbo en el juego y resultados de Tiger lleva aparejada la absoluta locura de sus acérrimos seguidores, como este niño que se llevó un recuerdo para toda la vida:
Five seconds can make someone's day.@TigerWoods gets it 😁 pic.twitter.com/4DhemUhtMu
— PGA TOUR (@PGATOUR) March 10, 2018
Quizás este sería uno de los momentos de la vuelta de Tiger Woods; su chip en el hoyo nueve le llevaba hasta el colíderato del torneo. Así lo vivió el público.
Sound 🆙 for @TigerWoods' chip-in on No. 9. 🐅 pic.twitter.com/Mj6mIHiVii
— PGA TOUR (@PGATOUR) March 10, 2018
Resulta curioso como en tiempos de rebelión del baby boom del golf, con jugadores jóvenes, fuertes y veinteañeros, nuestro deporte esté viviendo esté paréntesis reivindicación de los cuarentones.