El jardín de los necios

Escocía en el pecho la mañana, cada noticia del periódico, la cabecera de los informativos, escuchar los boletines de la radio… atravesaba el alma. Un valiente perturbado había intentado violar a una niña de 22 años y en el despropósito de su fin, se había ensañado con su pequeño cuerpo con puñaladas en el cuello, cabeza y torso. El delito de Celia aquella mañana; jugar al golf, luchar por su sueño. Uno divagaba entonces entre la rabia, la compasión y los recuerdos. Una y mil fotos de su sonrisa, de su swing, de sus trofeos…, y en esto que el jardín de los necios estalla con una reflexión tan ruin como desafortunada. Imagino que el tal Alfredo Pascual, periodista de profesión, intentaba aumentar sus likes o retuiteos de gloria entre sus afines. Quizás creía ser ingenioso y sacar a pasear sus prejuicios e ignorancia buscando la complicidad de algunos de sus 4.582 followers. El tiro por la culata amigo @Guyb.

Las reacciones no se hicieron esperar y el jardín de los necios se volvió por un rato cuerdo, sensible y solidario, con algunas salidas de tono al nivel del personaje, pero el tono general era recriminatorio desmontando las mentiras del periodista del ‘El Confidencial’ que pedía presuntas disculpas con este tweet:

«Fallo mío», el mensaje ya da un nivel de la prepotencia del personaje. Como también los posteriores en los que incluso se reafirmaba en su vomitiva cita original.

Da igual que la prensa entera, incluido su medio, haya publicado la extensa y exitosa biografía de Celia, da igual que se haya contando el esfuerzo de una familia humilde, da igual que la presión de la coherencia le haya obligado, con la cobardía que se le presuponía, a borrar el tweet incendiario. Me imagino al Sr. Pascual de cañas con sus amigos descojonándose del polvorín provocado y del dolor de los ‘monguers’ -así define a los jugadores de golf-, ante tan trágica noticia. Esto no va de monguers, golfistas o no golfistas, va de sensibilidad, educación, rigor, compasión…va de algo tan básico como equivocarse y decir «lo siento», «perdón» o «disculpas». No va de votar a Podemos o al PP o ser rico o pobre, va de otros muchos valores que tu Alfredo debes desconocer como muchos de los necios que habitan en el jardín del pajarito azul.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Le estoy cogiendo asco a esta red social, mi uso es meramente informativo, informar y ser informado, una herramienta profesional más. He recibido mensajes de todo tipo, incluso amenazas de muerte cuando trabajaba en el sector taurino. He recibido insultos y una invitación poco amistosa de un caddie español (si, lo siento, español) cuando he mostrado orgullo por nuestra bandera. Me siento español, soy taurino y juego al golf desde que tengo uso de razón, y te voy a dar un disgusto estimado Alfredo; nunca me he manifestado en el Valle de los Caídos, ni siquiera voto al PP, además me considero de la clase media justita. Cuando quieras te invito a conocer este deporte del golf y te sorprenderá lo asequible que puede ser y te presento a la familia de Celia que te podrá hablar del sacrificio que hicieron por una hija cuyo cadáver esta todavía esperando un descanso que nunca debería haber llegado a estas alturas.

Con el tiempo he comprendido que twitter no es más que el jardín de los necios. Supongo que aquí Alfredo puede escribir lo que no le dejan publicar en su medio, como tantos otros ignorantes a los que su mujer no les deja expresarse en casa y vuelcan sus frustraciones y complejos en twitter. Ahora además del campo de fútbol tienen los 240 caracteres. Y es que esto está lleno de ingeniosos gilipollas que cada día sentencian sobre fútbol, política o religión, ¿pero hacerlo sobre el asesinato de una niña?.

Muchos están escudados en un anonimato cobarde, otros se consideran provocadores y unos pocos derrochan talento en busca de un puñado de followers. Pero aquí todo queda escrito y nada es gratuito y algunos descerebrados, tan valientes en el teclado y tan cobardes fuera de él, ya les ha costado un disgusto escribir sin filtros ni sentimientos.

Pide o no disculpas, Alfredo, haz lo que te de la gana, pero si por lo menos la próxima vez que ante un tema tan sensible, te lo piensas e investigas antes de darle a la tecla, igual tenemos a un necio menos en el jardín.

Firmado:

Un orgulloso monguer con sentimientos.