La historia de Bob Parsons es la de un millonario excéntrico obsesionado por el golf. Cualquier novedad del mercado del equipamiento de golf llegaba a sus manos antes de pasar por las tiendas. Su fijación por tener el mejor equipamiento que ayudara a su juego le llevó a gastar un presupuesto anual de 250.000 dólares. Nunca era suficiente, así que decidió crear su propia compañía; un marca con sello propio que le permitiera fabricar a su antojo el mejor material del mercado. Aquella locura se antojaba un imposible, primero crear y posicionar un marca nueva, inédita hasta la fecha en el mercado y lo segundo plantear competencia a las grandes como Taylor Made, Callaway, Titleist, etc… pero Bob no cejó en su empeño y en enero de 2015 nació Parsons Xtreme Golf (PXG) su propia compañía de material en la que no escatimó en presupuesto. Primero fichó a Mike Nicolette y Brad Scheweigert, los dos ingenieros estrella de la marca Ping. Lo primero que quisieron saber cuando firmaron fue cuánto tiempo tenían, Bob Parsons lo tenía claro; “cincuenta años, y si no tienes nada espectacular para entonces lo ampliaremos a 75, no más”. Parsons no parecía tener prisa, ni límite presupuestario. Quisieron saber el presupuesto con el que contaban: “ilimitado”, respondió. Lo segundo sería invertir unos cuantos millones de dólares para que jugadores usaran su material; dede Lydia Ko o la española Beatriz Recari, pasando por Billy Horchel, Charl Schwrtazel, Zach Johnson, Pat Perez, etc…
No se han cumplido tres años y PXG se va convirtiendo en un referente de material de gama premium con una propuesta muy atractiva para profesionales y aficionados. Y es que todo lo que se propone Parsons, lo consigue. En 2013 compró el National Golf Club en Scottsdale y decidió hacer el mejor torneo amateur. Lo llamó Salvaje Oeste Invitacional y con un presupuesto de medio millón de dólares sus socios e invitados disfrutan cada año de una increíble y salvaje fiesta con impresionantes premios, bebida y música en todos los hoyos y modelos despampanantes animando a los golfistas.
