56 sobre par o el final de un sueño

¿Es una historia de superación o una farsa?

Probablemente esta historia hubiera merecido otro final mejor, pero desgraciadamente la realidad a veces es cruel. La moraleja de este relato perfectamente podría ser que el deporte y concretamente el golf profesional, nada tiene que ver con el amateur. Esta es la historia de un sueño, de tesón, esfuerzo, sacrificio y sobre todo es la historia de fracaso.

O quizás sea la historia de una farsa, de un producto de marketing o la historia de no saber reconocer las propias limitaciones. Que cada uno juzgue y saque sus propias conclusiones.

Hace menos de 5 años Julio César Bell tenía 48 años y como cada domingo se disponía a almorzar con su mujer, pero en su camino se toparon con el campo de golf público de Briceño, en Cundinamarca (Colombia). Movidos por la curiosidad y por los deseos de su esposa de que su marido hiciera un deporte (había sido boxeador y luchador de artes marciales mixtas), ese día Julio tuvo su primer contacto con el golf.

Necesitó sólo impactar una bola para darse cuenta que su vida iba a cambiar. El golf se convirtió en su obsesión y en su cabeza se marcó el objetivo de llegar al PGA Champions Tour antes de los 55 años. En sólo seis meses su evolución fue impresionante. En su afán por avanzar y mejorar alguien le habló de Joey Diovisalvi, preparador de muchos de los jugadores del PGA Tour. Comenzó a investigar, contactó con él y decidió que la mejor formar de alcanzar su sueño sería trasladarse a Florida y ponerse a las ordenes de Diovisalvi. Así lo hizo. La buena situación económica y sus negocios le permitieron emprender ese reto. Desde entonces, y han pasado ya cuatro años, entrena a diario desde las cinco de la mañana hasta que anochece, juega habitualmente con los profesionales del Circuito Americano más reconocidos que viven en la zona, entrena con ellos y se ha convertido en uno más, Julio es conocido por el apodo que tenía en su época de boxeador, ‘La Máquina’. 

La Maquina vive en una casa dentro del complejo de Disney World con todas las necesidades (simuladores, putting-green, etc…) para su entrenamiento compulsivo. En estos cuatro años pasó de no jugar al golf a handicap 1 y ya en 2016 cuando llevaba sólo dos años dedicado a este deporte recibió una invitación para el Colombian Classic del Web.com (segunda división del PGA Tour) donde completó el torneo con vueltas de 99 y 92 golpes. Lejos de desanimarle el resultado, Julio no cejó en su empeño y continúo entrenando con su gran objetivo en la cabeza.

Esta semana, con motivo del Colombian Championship también del Web.com, La Maquina volvía a recibir una invitación del patrocinador, la misma historia dos años después. Pero la realidad volvía a hacer pedazos el sueño y el trabajo del colombiano; 93 y 105 golpes, un total de 56 golpes por encima del par en 36 hoyos sin hacer ni un sólo birdie.

Tarjetas de su participación en el Colombia Championship.

El revuelvo que ha generado la desafortunada actuación de La Maquina ha supuesto todo tipo de comentarios y quejas de jugadores que han mostrado su malestar ante la posibilidad de lo que ellos consideran comprar invitaciones para jugar torneos profesionales sin estar mínimamente preparado. A través de sus redes sociales, Julio lejos de entrar en polémicas, afirma seguirá trabajando para perseguir su objetivo.