Como ‘Tigrista’ de corazón y profesión (el golf necesita a Tiger) me duele escribir este titular, me duele ligar la palabra mediocre a un icono como Tiger Woods.
Como el mejor deportista de la historia, me duele verle jugar mal y fallar cortes. Es ley de vida, sobre todo cuando uno analiza su historial de lesiones como hicimos hace poco en Golflick, pero duele.
La parte positiva es la salud, no hay atisbos de molestias, esta bien, pero no lo suficiente como para recordar al Tiger que todos llevamos en la cabeza. ¿Llegará en algún momento a parecerse a aquel jugador casi místico que convirtió lo sobrenatural en habitual?. Me temo que no. Recuerdo una sensación parecida cuando empecé a seguir a Seve Ballesteros, llegué tarde, cuando su carrera había dado todo, pero nunca perdías la esperanza, ni siquiera en su frustrado comienzo en el Champions Tour. siempre cabía la esperanza de ver al Seve que tantas y tantas noches me había acompañado a través de youtube. Era imposible, una cuestión física.
Los números Tiger también son mediocres; 5 de 14 calles, 9 de 18 greenes y 32 puts. La estadística de 16 greenes cogidos en 36 hoyos es la peor de su carrera profesional desde que compite en el PGA Tour.
A pesar de todo, la próxima semana, en el Honda Classic, una nueva oportunidad y pese a que la sensación es que ya hemos visto lo mejor del californiano, la esperanza de ver al Tiger Woods que guardamos en nuestras cabezas siempre estará presente.