Esta semana, el PGA Tour dio el siguiente paso para el retorno seguro del golf y explicó a los jugadores las medidas de salud y seguridad que va a emprender la organización cuando se reanude la competición de la FedExCup 2019-20 el próximo mes en el Charles Schwab Challenge.
En el documento de 37 páginas, que se envió a los jugadores el 12 de mayo, se anuncia un plan exhaustivo de pruebas y controles al que se someterán los golfistas en Forth Worth, Texas, a partir del 8 de junio. El personal del PGA Tour ha trabajado intensamente a lo largo de los últimos dos meses para preparar el plan, que se elaboró junto con destacados científicos de la Harvard Medical School, partiendo de la información aportada por el Grupo de Trabajo sobre el Coronavirus del Gobierno Federal de Estados Unidos y otras ligas de deportes profesionales, además de especialistas y expertos en laboratorios.
“Estamos entusiasmados con la posibilidad de que el PGA Tour contribuya a que la gente pueda volver a disfrutar de algún modo de las cosas que amamos y a que se haga de manera responsable”, dijo Tyler Dennis, vicepresidente principal y director de operaciones del PGA Tour. “Hemos dedicado mucho tiempo a reflexionar y procurar ser diligentes y transparentes con todos los grupos que integran el PGA Tour, y a pensar detenidamente en lo que denominamos nuestro plan de retorno al golf”.
Sea cual sea el nivel de detalle y cautela del plan, Dennis reiteró que el PGA Tour no se jugará si no se puede hacer en un entorno seguro y saludable. Además, subrayó la importancia de que las medidas implementadas no mermen los recursos de pruebas y médicos de las comunidades en las que se desarrollan las competiciones.
El plan seguirá evolucionando en función de las necesidades.
Medidas de seguridad
“Hemos adoptado un verdadero enfoque por niveles en el que lo esencial es el distanciamiento social”, dijo. “Se trata de una situación a la que nos hemos acostumbrado bastante en nuestras vidas particulares. Sabemos que podemos pasar nuestros días y semanas manteniendo el distanciamiento social en las sedes de nuestros torneos. Es un aspecto verdaderamente crítico del plan general de salud y seguridad”.
Estas medidas de distanciamiento social se verán más claramente durante la competición, en las que se han prohibido los apretones de manos y las palmadas al final de las rondas. Los jugadores y los caddies también mantendrán una distancia mayor de lo habitual entre ellos. Por ejemplo, los jugadores accederán a sus palos y sus bolsas, en lugar de los caddies.
“Nos hemos tomado el tiempo necesario para reflexionar realmente sobre lo que sería un día de competición en la vida de un jugador y un caddie, y la necesidad de aplicar algunos pequeños ajustes para garantizar el máximo de cuidado con nuestra salud y nuestra seguridad”, dijo Dennis.
Además de estos procedimientos de distanciamiento social se aplicará un plan completo de pruebas y controles, así como una mejora significativa de las prácticas de desinfección e higiene. Se espera hacer pruebas a un promedio de 400 personas cada semana.
Los jugadores, los caddies y otros oficiales formarán parte de un programa de pruebas obligatorias antes de viajar y después se someterán a tres métodos diferentes de control a su llegada a la sede de un torneo. Estos controles incluyen responder a un cuestionario, someterse a una toma de temperatura y una prueba nasal para el diagnóstico del COVID-19. A lo largo de la semana, todas las personas que llegan a la sede de un torneo tienen que someterse a un cuestionario y un control de temperatura antes de acceder a las instalaciones, tal como explicó Andy Levinson, responsable principal de Torneos y Competiciones del PGA Tour.
Si se registra una temperatura por encima de 38 grados Celsius (100,4 grados Fahrenheit) durante el control diario, el PGA Tour iniciará un protocolo que podría incluir una prueba de COVID-19.
El objetivo del PGA Tour es obtener los resultados en un plazo de 24 a 48 horas, aunque ha identificado a laboratorios locales que no están sobrecargados de pruebas comunitarias para ayudar a reducir el tiempo de obtención de los resultados. Mientras esperan el resultado de las pruebas, los golfistas puedan practicar y jugar en la medida en que mantengan el distanciamiento social y no usen las instalaciones de la sede del torneo.
Si la prueba resulta positiva, la persona afectada tiene que aislarse durante un mínimo de 10 días sin que haya síntomas subsiguientes a partir del primer resultado positivo o hasta que dos pruebas realizadas con una dilación de al menos 24 horas den resultados negativos. El PGA Tour y los organizadores de los torneos proporcionarán asistencia a lo largo de cualquier período de aislamiento.
La limitación del acceso empieza con los espectadores, que no pueden asistir a ninguno de los primeros cuatro eventos del PGA Tour a partir de la reanudación de las competiciones. También se han prohibido los Pro-ams en un futuro próximo. No se ha determinado si los espectadores podrán asistir a torneos después de los cuatro eventos iniciales. Además, no se permitirá la presencia de familiares de los jugadores, que solo podrán contar con la asistencia de un instructor, un entrenador o un intérprete. Solo tendrán acceso a la casa club las personas que hayan superado las pruebas.
Se limitará el número de periodistas y no se permitirán entrevistas individuales. Todas las sesiones con los medios tendrán lugar en un área exterior tomando en consideración el distanciamiento social.
Se dispondrá de equipo de protección personal, como mascarillas, y productos sanitarios, como toallitas y gel desinfectantes, por todas las instalaciones en las que se desarrollen los eventos del PGA Tour.
“Nos hemos preocupado realmente de analizar el caso de cada persona presente en un torneo, poniéndonos en su lugar por un día e intentando reconocer los puntos de contacto y entender las maneras de mitigarlos”, dijo Levinson.
La “burbuja” bajo el control del PGA Tour también se extenderá más allá del campo de golf. Se invita a los jugadores a que se alojen en un hotel designado y la organización proporcionará vuelos chárteres entre los eventos del PGA Tour, el PGA Tour Champions y el Korn Ferry Tour, con capacidad máxima para 170 jugadores y caddies. Cada evento decidirá la disponibilidad de vehículos de cortesía, pero no se permite el uso de servicios de transporte compartido.
“Vamos a pedirles [a los jugadores] que actúen como lo están haciendo ahora y como llevan haciéndolo en los últimos dos meses, con una filosofía de que están más a salvo en casa”, dijo Levinson. “Esto significa no ir a zonas concurridas, no ir necesariamente a restaurantes y pedir comida a domicilio. Vamos a trabajar con los hoteles locales para garantizar que tengan planes de salud y seguridad adecuados”.
“Nos parece importante mitigar el riesgo siempre que podamos, y también tenemos una obligación con las comunidades en las que jugamos y con las personas que van a vernos por televisión. Tenemos la obligación de dar un buen ejemplo y creemos que podemos lograrlo con el plan que hemos diseñado”, agregó.