Habrá dormido a pierna suelta hoy Jon Rahm después de una de las vueltas mayor desgaste que ha vivido como jugador profesional. La intrahistoria de sus 70 golpes dan para mucho, pero sobre todo para valorar que pase lo que pase, los de ayer han sido los 18 hoyos más meritorios de las 32 vueltas que acumula en grandes; putt de par de 1,5 metros en el hoyo 1, putt de par de dos metros en el 6, putt de par de 2,5 metros en el 7, putt de 2 metros para par en el 11 y en el 12, par con un tercer golpe desde 70 metros en el 14 que dejó la bola a 2,5 metros, par en el 15 salvando approach y putt, par en el 16 con un putt de par de 2,5 metros, par en el 18 desde el bunker tras embocar un putt de algo más de dos metros. Es a grandes rasgos la radiografía de una tarjeta sin bogeys, que le deja a sólo dos golpes del liderato compartido por compartido por cinco jugadores (por primera vez hay en la historia cinco jugadores empatados en la primera posición tras 36 hoyos).
«Me ha sabido a gloria. Haber hecho bajo par hoy, sobre todo con los nueve segundos. He empezado muy bien. Del 1 al 7 he jugado muy buen golf, quitando la salida del 7 he jugado sin fisuras, con un par de putts de birdie con opciones y -2«, analizaba Rahm tras sus 70 golpes. «Ha sido un día de salvar pares. Los putts que he metido en el 11, 12, 14, en el 15 approach y putt, en el 16 y 18, todos de metro y medio a tres para salvar pares y el día. Es lo que me ha mantenido la vuelta despierta y espero que lo mejor esté por llegar este fin de semana. Estamos tantos que quién sabe. Hay tanta gente jugando bien, los que están arriba y alguno que está ahora -2 o -3 que no se está hablando de ellos, que están a cuatro o cinco golpes. A más estaba yo el año pasado. Cualquiera que esté bajo par ahora tiene opciones con un buen fin de semana».
El socket en el hoyo 8
En el hoyo 8 llegaba el punto de inflexión negativo en su jornada. Tras una inmensa salida, el segundo golpe, llegaba un inesperado socket. «Era una distancia justa para hierro 4, demasiado para madera 5, he dado demasiado fuerte, he perdido el equilibrio o la concentración, no estoy seguro. Nada, un socket que nos pasa a todos, pues aquí también en el Masters jugando bien. He conseguido sacar un buen cinco y es lo que me ha descolocado un poco. Sí que tenía buenas opciones, como en el 9 un buen putt de birdie y luego en el 13 otra buena opción, pero ha sido la última«.
El partido de Rahm junto a Tiger Woods fue una auténtica locura, más aún en el tramo final del recorrido. «Cuando se ha ido la tormenta y hemos vuelto a salir no había tanta gente en el campo y es cuando Tiger ha empezado a meter todos esos putts y el efecto Tiger se notaba. No había nadie con gente en su grupo excepto nosotros y cada vez que metía un putt largo, porque eran todos largos, había gente corriendo. Y por eso ha sido un poco más difícil el día de hoy. Es que cada vez que pienso en todos los putts que he tenido que tirar para salvar la vuelta justo ha metido un putt largo y nos tocaba aguantar el que la gente se calmase. Después de cada tee, de cada golpe, era un momento muy especial y siento mucho más orgullo por ver cómo he acabado con todo lo que ha pasado. Si contamos el golpe del bunker del 13, que es de lo mejor que he hecho en mi vida… han sido muchas recuperaciones, demasiadas. Ojalá sean putts mañana. Ha ayudado bastante la lluvia porque se hacen los greens mucho más predecibles. El golpe del 15, el segundo approach, la he dejado ahí a propósito. Con la hierba un poco mojada sabía cómo iba a reaccionar. Normalmente es un putt muy difícil desde fuera y me ha ayudado un poquito.» sentenciaba el jugador de Barrika que saldrá hoy junto a Patton Kizzere a las 19.55 hora española.