La verdad decía Ambrose Bierce en su singular Diccionario del Diablo es ‘una ingeniosa mezcla entre lo deseable y lo aparente’, y es que se lleva ser políticamente correcto, decir lo que todos quieren oír, discursos estériles, respuestas tópicas, un aburrido e intrascendente postureo dialéctico. Navegamos en el ‘jardín de los necios’ inundado de extremos; en una punta el buenrollismo del qué ‘guapo soy’, ‘qué tipo tengo’ o ‘cuánto viajo por el mundo’… y en las antípodas cibernéticas el gilipollas contra el mundo y el sistema, un enajenado que se quita el bozal delante del ordenador y vomita absurdeces en el teclado contra todo y todos los que no piensan como él. Poco término medio y una minoría de genios inteligentes que te hace sonreír delante de la pantalla del móvil, su talento suele estar oculto detrás de de un seudónimo o de una parodia de perfil disparatado.
Por eso cuando Gonzalo Fernández-Castaño se tira a un charco, yo lo celebro. Lo hace conscientemente, le divierte hacerlo y le dan igual las consecuencias, él es así, en una palabra, auténtico. Y en el mundo del ‘estoy pegando bien a la bola’ y todos los clichés comunes que escuchamos y leemos cada día, yo agradezco este soplo de aire fresco diferente. El sarcasmo y la ironía no está al alcance de todo el mundo y su uso ingenioso sólo al de los inteligentes, y en eso Gonzalo, lo borda. Hay pocos jugadores con esas habilidades fuera del campo, Gonzalo y Pepperell pueden ser dos ejemplos.
Está semana Fernández-Castaño volvía a sacar brillo al teclado con este tweet:
Directo al mentón de Simon Dyson que fue sancionado en 2014 con dos meses sin competir y cerca de 40.000 euros por arreglar intencionadamente marcas en el green. Para muchos jugadores el castigo fue demasiado laxo dado la reincidencia del inglés y las habituales quejas de jugadores al respecto. Dicho lo cual, era un tema para muchos desconocido y para algunos olvidado que el madrileño desenterró en la red del pajarito azul. Las reacciones no se hicieron esperar, pero sin duda para mí la más sorprendente es la sanción del Tour Europeo a Gonzalo por estas 43 palabras.
Por mucho que el European Tour escriba manuales de buenos hábitos para sus jugadores, les envíe videos tutoriales con un código de conducta que recrimine menospreciar a jugadores y recomiende el buen uso de las redes sociales, Gonzalo ni mintió ni insultó a su ‘compañero’. En mi mentalidad no existe la tolerancia para los tramposos y mucho menos en el golf profesional. Si es cierto que la trayectoria de Dyson está salpicada de alevosía en este sentido, no debería seguir en el Circuito Europeo y sus sanciones (como la del resto de tramposos) deberían ser públicas. El Circuito Europeo pretende en este caso matar al ‘mensajero’ para que perdure el buenrollismo y el ‘estoy pegando bien a la bola’ que aludíamos al principio del artículo. Pero con GFC han tocado en hueso y lejos de rectificar, el madrileño se reafirmaba en su discurso ante los compañeros de www.ten-golf.es desplazados a Abu Dhabi.
Muchos no estarán de acuerdo ni con Gonzalo ni con lo expuesto en estas líneas, todo muy respetable; me vais a permitir que yo me quede con lo diferente; apueste por la valentía y la claridad, la ironía inteligente y la honestidad frente a la trampa. Por muchos charcos más, Gonzalo.