El Open de España debe ser una fiesta

Tengo dudas sobre si el golf español volverá a tener una oportunidad tan buena cómo esta para romper con lo establecido y hacer que el Open de España, el torneo de todos los españoles, sea algo diferente, atractivo y que se recuerde como el torneo que lo cambió todo… O al menos lo intentó.

Ha habido quejas sobre la elección del escenario, el Centro Nacional, que vale que no sea el mejor campo para lo que es la competición en sí, pero vamos a intentar ver el lado bueno de las cosas, que lo hay. Es un campo público, considerado como la casa de todos los federados, en la capital, con acceso en transporte público, y tiene el aliciente de que es un campo que puede jugar cualquier amateur y sentirse identificado con los profesionales.

Por otro lado, hacía muchísimos años que un español no era número 2 del mundo… Sí, sí, Jon Rahm es número dos del mundo (ahora 3) aunque no salga en las noticias ni se le dé el bombo que a otros deportistas. Un chaval de 23 años que sabe conectar con el público, que divierte verle jugar y que está dispuesto a ayudar para que el golf español crezca.

Por todas estas razones, debemos luchar todos juntos para que esa semana se hable de golf más que nunca, que la gente que no ha cogido un palo en su vida o que piensa que el golf es de pijos, aburrido y para gente mayor, vengan al CNG a vivir una experiencia que consiga atraparles.

¿Y cómo se consigue eso? Pues con esfuerzo, ideas nuevas y ganas de salirse de lo rutinario. Ya no vale que venga el público de siempre, que vendrá porque en Madrid siempre hay público, debemos buscar ir más allá.

Me consta que tanto la Federación Española como la Madrileña están intentando hacer algo distinto, pero siempre hay alguna voz discordante que sale con la frase de “el golf es así, no hay que cambiarlo.” Pero, sinceramente, no es momento para hacer lo de siempre, porque está más que demostrado que no funciona si hablamos de promocionar el golf.

Los que jugamos sabemos que de aburrido no tiene nada, pero si nos ponemos a pensar en cualquier persona normal que quiera ir con sus hijos al torneo la cosa cambia, ya que los peques han de estar muchas horas andando por el campo, en silencio y sin enterarse de lo que están viendo. Obviamente, eso no llama la atención de ninguna familia, pero hay mil cosas que se pueden hacer y sin necesidad de gastarse millonadas, que al fin y al cabo es lo que más preocupa a las altas esferas. Tanto fuera del campo, con zonas comerciales atractivas, como dentro, incluyendo la propia competición.

¿Acaso no sale en la tele el hoyo 16 del Phoenix Open o el del ‘Made in Denmark’? En esos hoyos se monta una verdadera fiesta de la que disfrutan los propios jugadores y, sobre todo, los aficionados. Y son hoyos que están en mitad del campo, por lo que el jaleo se escucha en otros hoyos, pero no pasa nada porque todos saben que es algo positivo para el golf.

¿Por qué no puede hacerse algo igual aquí? Si la cosa va de fiestas y pasarlo bien, los españoles somos los primeros, así que aprovechémoslo para cambiar la visión que se tiene del golf fuera de ese mundillo tan particular y cerrado en el que estamos instalados los golfistas.

De verdad, no habrá otra oportunidad igual. Y, aunque suene muy rocambolesco…Hagamos historia.