Parece que el fin de semana de Torrey Pines está ya olvidado, y es que no hay mejor sitio para olvidar que el torneo más ruidoso del año. Sin encima eres uno de los ídolos locales y si además puedes dormir en tu propia cama, la combinación resulta perfecta para olvidar.
Jon Rahm sabe además que el liderato en el ranking mundial ha desaparecido de su foco, al menos esta semana en la que ni ganando, llegaría. Dicho todo, ayer no fue un buen día de golf para Rahm. Una vuelta anodina que logró enderezar el de Barrika justo en el tramo final a base de un eagle y dos birdies, para terminar con -4 en la séptima posición y a tres golpes del líder Bill Haas.