Augusta National o ese lobo con piel de cordero. Un edén de apariencia florida y apacible que puede esconder inumerables trampas, sobre todo en días como esta primera jornada del Masters de Augusta con exigentes posiciones de bandera y greenes duros y secos. El español que mejor ha sabido interpretar las condiciones de Augusta National ha sido Rafa Cabrebra-Bello que con 69 golpes ocupa la curta plaza compartida a tan sólo tres golpes del líder, el norteamericano Jordan Spieth.
Tiene mérito la vuelta del gran canario que en hoyo 6 estaba +3 del campo y supo reponerse con un balance total en 12 hoyos de -6. “He sido muy paciente todo el día, estaba jugando bien sobre todo en los greenes”, comentaba al terminar su mejor vuelta en Augusta National.
Sergio García llevaba cuatro días de continuos homenajes y sobrellevaba la jornada con algunos altibajos lógicos de esta exigente competición; como el doblebogey del hoyo 7, birdies en el 8 y 12. La mañana era gélida, aunque el público que abarrotó el campo se encargó de caldear el ambiente dentro de las estrictas normas de Augusta National. Aquí no se puede correr, ni gritar, ni exhibir banderas ni pancartas, no dejan llevar la gorra al revés y los encargados de la seguridad del torneo tienen unas normas con un vocabulario prohibido que en el caso de advertir que alguno de los espectadores se fuera de la lengua, sería expulsado de inmediato. Pasada la mitad del recorrido un ‘vamos Sergio’ del chef Jose Andrés intenta inyectar moral al campeón de Castellón. Entre las miles de personas, también está Miguel Ballesteros, hijo de Seve que está siguiendo a los golfistas españoles. Todo entraba dentro de lo normal hasta que llegó el hoyo 15. Firethorn o Pyracantha es el arbusto espinoso que da nombre al hoyo, el eagle de la última jornada en 2017 dio a Sergio García un impulso definitivo hacia la chaqueta verde. Doce meses después Sergio pasó de cerrar su puño a bajar la cabeza, son 10 golpes de diferencia. García se fue al agua hasta en cinco ocasiones, las cuatro últimas desde unos 80 metros. Todas botaron a altura de bandera y con ele efecto de retroceso terminaron en el obstáculo de agua ante la incrédula mirada de los presentes. En total 13 golpes el resultado más alto de la historia en este hoyo (el récord negativo estaba hasta ahora en 11) y es la peor puntuación en cualquier hoyo en la historia del Masters, igualando la marca de Tom Weiskopf en 1980 en el hoyo 12, y de Tsuneyuki Nakajima en 1978 en el hoyo 13. Sergio atendía a los medios resignado, “He hecho 13 sin haber fallado ni un sólo golpe en el hoyo”. “no sabría decir muy bien que ha pasado, cada golpe ha sido bueno, han estado muy cerca de ser golpazos para birdie, pero terminaron en el agua”. El Lastre era ya imposible de levantar, pese a todo a Sergio le quedó coraje para hacer un birdie en el hoyo siguiente, terminando la aciaga primera jornada con 81 golpes (+9), igualando su peor vuelta en el Masters de Augusta. Lo de pasar el corte mañana parece un milagro.
Quién no perdió ayer el Masters pase a no protagonizar la mejor de las actuaciones ha sido Tiger Woods. 73 golpes mantienen al californiano muy vivo todavía con 54 hoyos por jugar. La tónica generalizada de estos primeros 18 hoyos ha sido las complicaciones, pese a unas condiciones climatológicas perfectas. “Las posiciones de bandera eran difíciles y la verdad es que el campo cada año que pasa requiere más exigencia desde el tee”, palabras que resumían las dificultades del primer día de Augusta de un José María Olazábal satisfecho con sus 74 golpes (+2).
Por su parte Jon Rahm, se mostraba contrariado con su +3. “Siento que he jugado para hacer 65 golpes, el primer golpe que he fallado ha sido en el hoyo 13, no hay explicación es golf”, afirmaba sin perder la moral de cara a la jornada de mañana. «Se puede remontar, la recuperación en el hoyo 17 ha sido importante, no estoy tan lejos de la cabeza”.